El otro
día me dieron unas ganas terribles de tejer, al instante me di cuenta que pronto
sería mi
periodo de
menstruación. A mi me sucede que en esos
días previos siento unas ganas entrañables de hacer algo creativo, me desborda la creatividad... y si no me pongo en
acción es como dejar pasar una musa sin escuchar... A ustedes les pasa lo mismo?
A veces pinto (algo que nunca les
mostré, pues nunca me
agradó el resultado), otras coso algo, bordo mostacillas, hago velas (hace poco hice un fanal bien naranja) pero la
mayoría de las veces tejo y tejo.
Así que en esas estaba, revolviendo mi armario de
lanitas y me puse a tejer cuadraditos. Hice estos.
Creo que con ellos voy a intentar realizar algo para la
gordita.

(Para Marcela: la mesa la hizo mi marido (que es un genio) esta hecha con pino tea recuperado de pisos antiguos)
El sábado a la mañana cuando fui al pueblo a comprar algunas cosas para Mateo, pasé por la lanería y me compré dos madejas de lana merino finita de Hilados LHO. Con este hilado pienso hacer un saco en crochet para Matilda, quisiera terminarlo para su cumpleaños así lo luce con un vestido que entre mi suegra y yo estamos planificando.
Dirán -Eh! Nauma tejes todo para la beba! No se pondrá celoso el hermanito?
Pues yo lo estuve pensando, pero cada vez que me decido hacer algo para èl mi suegra viene con unos pulloveres tejidos por ella para él que son hermosisimos! Tan lindos que Mateo se va con ellos puestos a dormir y por nada del mundo quiere que se los saque.
Hay uno verde que le tejió y quedó medio chico. Le comentamos a Mateo que se puede alargar si la abuela se lo lleva a la casa porque allí tiene mas lana verde. Y nada, no quiere, que así como está a él le gusta, y que en todo caso estira de los puños y no se nota tanto que le queda corto, ves mamá?
Cuando llegamos de las compras, mi marido llamó para avisarnos que esa misma tarde nos iríamos a Rincón de Nogoya (Pcia de Entre Rios) a pasar el fin de semana (lo que restaba del fin de semana) Rápidamente hice los bolsos y llevé mi lanita merino conmigo.
El paseo fue restaurador. Estuvimos en la casa de la Estancia pràcticamente solos, ya que el resto de la gente se hospedó en la cabaña de la cuchilla (sierra, lomada)
Los chicos se divirtieron, sobre todo Mateo que jugó con perritos, terneros, ovejas y gallinas. Y yo aproveché la tranquilidad para adentrarme en las tramas de pensares que se crea en el acto de crochetear. Y esta vez la mayoría de mis pensamientos fueron de alegría! Gracias Dios!
Besos.